20110209

PARA SOÑAR...


Había una vez una niña, como cualquier otra niña;
tenía la cabeza llena de curiosidad
por todas las maravillas del mundo,
llena de imaginaciones sobre las estrellas,
llena de asombro por el mar.
Le fascinaba encontrar cosas nuevas...
hasta el día que encontró un sillón vacío.
Entonces se sintió insegura
y pensó que debía poner su corazón a salvo.
Al menos por un tiempo.
Así que lo metió en una botella y se lo colgó del cuello.
Con esto las cosas parecieron mejorar...al principio.
Pero la verdad es que ya nada era igual.
Se olvidó de las estrellas... y ya no se fijaba en el mar.
Ya no tenía curiosidad por las maravillas del mundo
y no prestaba mucha atención a nada...
excepto a lo pesada... e incómoda que se había vuelto la botella.
Pero al menos su corazón estaba a salvo.
Nunca se le habría ocurrido qué hacer
si no hubiera encontrado a una pequeña
que todavía sentía mucha curiosidad por el mundo.
Antes hubiera sabido responderle a la pequeña.
Pero ahora no. Le hacía falta su corazón.
Y en ese preciso momento decidió sacarlo de la botella.
Pero no sabía cómo hacerlo; ya no se acordaba.
Nada funcionaba. La botella no podía romperse;
solo rebotó y rodó... justo hacia el mar.
Ahí, la pequeña que todavía sentía curiosidad por el mundo,
tuvo una idea que podría funcionar.
Y resultó... que sí.
El corazón regresó a su lugar y el sillón ya no estuvo tan vacío.
Aunque la botella sí.

texto e ilustración de  "EL corazón y la botella"
de Oliver Jeffers
Australia 1977

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