Empieza a llover:
tras la puerta entornada
no se puede evitar que sacuda el corazón
este aroma de tierra llovida.
Se adivina a lo lejos
el furor de las gotas
junto a la sed.
Con el aroma, por la puerta entornada
entra al jardín.
Mientras acecha mi sediento corazón.
Dolores Castro
México 1923