El pasto tiene tan poco que hacer-
una esfera de simple verde-
sólo con mariposas que abrigar
y agitarse todo el día ante las lindas tonadas
que la brisa le va alcanzando-
y mantener a los rayos de luz en su falda
y hacerle reverencias a todo-
y enhebrar el rocío toda la noche, como perlas-
que una Duquesa sería gente ordinaria
e incluso cuando muere- lo hace
como humildes especias, listas para dormir-
o si no como nardos, pereciendo-
y después, residir en soberanos graneros-
y dejar atrás los días soñando,
el pasto tiene tan poco que hacer
que yo quisiera ser un fardo de pasto seco-
Emily Dickinson
Estados Unidos 1830 - 1886