20140214

CORAZÓN DE HOJA...

collage digital

"...Porque al igual que tenéis ojos para ver la luz, oídos para oír los sonidos,
tenéis un corazón para percibir, con él, el tiempo. 
Y todo el tiempo que no se percibe con el corazón está tan perdido
como los colores del arco iris para un ciego 
el canto de un pájaro para un sordo..."


MICHAEL ENDE
Alemania 1929 - 1995
fragmento de MOMO




20140212

...CON UN DEDO TOCO EL BORDE DE TU BOCA


   «Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar. Hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad, elegida por mí para dibujarla con mi mano por tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja. Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella.  Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mi como una luna en el agua.»

fragmento de Rayuela
Julio Florencio Cortázar
Argentino
Bélgica 1914 - 1984 Francia

20140124

"CON UN PUÑADO DE HONGOS"


Antes de que empezara a anochecer,
luego de haber intentado escribir un poema,
salió a dar una vuelta sin ninguna dirección.
En el camino se encontró parado frente a un árbol
en cuyo tronco, cerca de la base, habían crecido
un puñado de hongos blancos con rayas oscuras.
Los tocó primero apenas con la punta de las zapatillas
para comprobar si estaban adheridos al árbol.
Después se preguntó cuándo había llovido por última vez:
no pudo recordarlo. Debía haber sido uno
o quizás dos días atrás, y debía haber sido
una buena lluvia como para que brotaran
hongos de ese tamaño, tan esponjosos
y gruesos. Al volver a su casa, pensó
preguntaría cuándo había llovido y cuánto.
Le darían detalles sobre la lluvia,
la intensidad, la hora del día, el tiempo,
y eso dispararía en él algún recuerdo.
Levantó la vista: no había nadie en la calle.
Tuvo el impulso de agacharse y recogerlos.
Volver a su casa con un puñado de hongos
como si para hacerlo hubiera tenido que cruzar
un bosque. En el cielo estaban pasando,
también, cosas interesantes, a toda velocidad.
En la cuadra se había encendido ya una luz.
Pensó en el poema que había dejado sin terminar,
que hablaba de la lluvia, de la lluvia en general,
o de la idea de la lluvia cayendo silenciosa, durante el sueño.

imágenes capturadas en mi jardín
 en Enero 2014

Hongos
Miguel Angel Petrecca

20140107

SABEN LO QUE ES LA LLUVIA DE VERANO?

Los hornillos - Córdoba
"...Primero la belleza pura horadando el cielo de verano, ese temor respetuoso que se apodera del corazón, sentirse uno tan irrisorio en el centro mismo de lo sublime, tan frágil y tan pleno de la majestuosidad de las cosas, atónito, cautivado, embelesado por la magnificencia del mundo. Luego, recorrer un pasillo y, de pronto, penetrar en una cámara de luz. Otra dimensión, certezas recién formadas. El cuerpo deja de ser ganga, el espíritu habita las nubes, la fuerza del agua es suya, se anuncian días felices, en un renacer. Después, como a veces el llanto, cuando es rotundo, fuerte y solidario, deja tras de sí un gran espacio lavado de discordias, la lluvia, en verano, barriendo el polvo inmóvil, crea en las almas de los seres una suerte de hálito sin fin."

"Así, ciertas lluvias de verano se anclan en nosotros
 como un nuevo corazón que late al unísono del otro."

"La elegancia del erizo"
Muriel Barbery
Casablanca, Marruecos 1969
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