Me reconoces, noche,
me palpas,me recuentas,
no como avara sino como una falsa ciega,
o como alguien que no sabe jamás
quién es la náufraga y quién la endechadora .
Me has escogido a tientas para estatua de tus alegorías,
sólo por la costumbre de sumergirme
hasta donde se acaba el mundo
y perder la cabeza en cada nube
a cada paso el suelo debajo de los pies
(...)
Ahora es tarde para volver atrás
y corregir las horas de acuerdo con el sol.
Ahora me has marcado con tu alfabeto negro.
Pertenezco a la tribu de los que se hospedan
en radiantes tinieblas,
de los que ven mejor con los ojos cerrados
y se acuestan del lado del abismo y alzan vuelo
(...)
Basta con que me lleves de la mano como a través de un bosque,
noche alfombrada, noche sigilosa,
que aprenda yo lo que quieres decir,
lo que susurra el viento,
y pueda al fin leer hasta el fondo de mi pequeña noche
en tu pupila inmensa.
me palpas,me recuentas,
no como avara sino como una falsa ciega,
o como alguien que no sabe jamás
quién es la náufraga y quién la endechadora .
Me has escogido a tientas para estatua de tus alegorías,
sólo por la costumbre de sumergirme
hasta donde se acaba el mundo
y perder la cabeza en cada nube
a cada paso el suelo debajo de los pies
(...)
Ahora es tarde para volver atrás
y corregir las horas de acuerdo con el sol.
Ahora me has marcado con tu alfabeto negro.
Pertenezco a la tribu de los que se hospedan
en radiantes tinieblas,
de los que ven mejor con los ojos cerrados
y se acuestan del lado del abismo y alzan vuelo
(...)
Basta con que me lleves de la mano como a través de un bosque,
noche alfombrada, noche sigilosa,
que aprenda yo lo que quieres decir,
lo que susurra el viento,
y pueda al fin leer hasta el fondo de mi pequeña noche
en tu pupila inmensa.
En tu inmensa pupila (fragmento)
Olga Nilda Gugliotta Orozco
Argentina 1920 - 1999