20120221

BOLITAS...

marbling/ digital


"...Se marcan claramente los puntos de partida y de llegada. Cada uno elige su bolita. Siempre hay alguien que quiere otro color. (...) El juego se desarrolla al límite de la pelea. Empujones e insultos acompañan las corridas, los abusos, las equivocaciones. (...) No recuerdo un solo juego de las bolitas normal y tranquilo. Las mujeres eran eliminadas en la primera vuelta y se alejaban, casi aliviadas. Porque lo lindo de las bolitas no era la carrera. Lo lindo era tener tantas en las manos, mirarlas, escuchar la música que hacían al frotarlas entre sí. Y hacerlas resbalar de una mano a otra. Metérselas en la boca como si fueran cerezas, apretarlas contra una mejilla, empujar sin vehemencia para observar el plácido movimiento. (...) En el lecho de niña enferma, las bolitas esparcidas en la manta dibujaban un universo de planetas marinos. La materia líquida envolviendo la materia sólida. Escrutando la luz a través de uno de estos mundos, el ojo se colma de resplandores..."

Sandra Petrignani
Italia 1952
Catálogo de Juguetes - 2009

BARRILETE...

acuarela/digital

"...Y ese pequeño pueblo de excluidos, con las mejillas rojas y la nariz apuntando al cielo, seguía con la mirada el fino cordel, alto como la lluvia, para no perder de vista la forma romboidal que daba volteretas cargada con sus miedos. Que era minúscula en el cielo y gigantesca en la tierra, cuando derrotada aterrizaba en el prado. A menudo el barrilete volvía roto de su vuelo. Una varilla de madera se despegaba o el papel de seda se rompía e infaltablemente el propietario declaraba terminado el juego y su cara se oscurecía , mientras las de los niños se volvían incrédulas. Tanta fatiga para llegar a la cima de la colina, tanto viento en los cabellos, en los pantalones, en la falda y la espera y los intentos fallidos y la respiración contenida por un momento durante el breve vuelo, tan breve que ni siquiera se daban cuenta. En la luz, el cordel y el rombo de colores casi desaparecían, tenían que señalárselos unos a otros para encontrarlos. Y enseguida perderlos, otra vez. En el garaje, abatido, con el papel rojo roto, los anillos de la cola que se despegaban, el barrilete parecía otro, enorme, y se lo había visto tan pequeño contra las nubes, delicado, y había sido pensado como fuerte e imparable como un cometa...¿Quién protesta por la desaparición de los barriletes? ¿Quién los extraña? Hoy, cuando los cuerpos aprendieron a volar, ¿quién ataría a un cordel sus sueños áureos?"


Sandra Petrignani
Italia 1952
Catálogo de Juguetes - 2009
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