20090310

EL SIMBOLISMO DE LA FLOR II

" Zapatilla de Venus" dibujo a lápiz


LA FLOR SEXUADA

A finales del siglo XIX, la Flor se convierte en un signo ambivalente; son el arte y la literatura simbolista y modernista los que desconfiaron de su irresistible fragancia. Estrecharon aún más la arcaica relación Flor-Fémina contemplando dos posibilidades de mujer: la pura y virginal, y la erotizada. La Flor caracterizaba estos arquetipos; por un lado destacaba la blancura, fragilidad y vinculación a la naturaleza de la mujer buena, y por el otro subrayaba la atracción fatal y la belleza embaucadora, pero efímera, de la mala.

Dos figuras del mundo artístico norteamericano del siglo pasado, Georgia O'keeffe (1887-1986) y Robert Mapplethorpe (1943-1988), proponen algo radicalmente nuevo dentro de esta tradición: convierten a la Flor en ente autónomo, protagonista de sus encuadres, poseedora, además, de un gran poder evocativo de tipo sexual.



¿Por qué eligen este icono que, a priori, puede parecer excesivamente manido y cursi? Parece que en O'keffe existía desde el principio una atracción natural hacia las flores que pintaba, con las que se sentía identificada. Su elección también provenía de una búsqueda de algo fresco y frágil entre la masa inerte de cemento de la ciudad de Nueva York, en la que vivió cuando desarrolló esta temática. A Mapplethorpe, las flores, que fotografía a partir de 1979, le servirán de símbolo perfecto en la búsqueda humanista de su arte. La Flor, al igual que el individuo, es un objeto sexuado y, al mismo tiempo, el más bello y puro: servía exactamente a lo que quería comunicar. La naturaleza de sus flores se convierte en metáfora de la naturaleza humana y, más concretamente, por medio de la obvia asociación flor-genital, de su condición sexuada. Por eso su percepción se torna ambigua, alejada de toda ingenuidad. Ambos consiguen proyectar algo más que una imagen inocente. Sus flores atrapan y detienen la mirada del espectador para conducirlo a un mundo nuevo de sugerencias sensuales. La Flor ofrece un paralelismo visual con respecto a los órganos genitales femeninos o masculinos. Su arquitectura es casi la misma; ambos artistas marcan en su obra esta similitud morfológica, acentuando el carácter fálico o vaginal de las flores.


La Flor se marchita pronto...como una nube, es evanescente.


O'keffe muere sola en el desierto de Nuevo México sin descendencia y Mapplethorpe a causa del sida.



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